En trabajos anteriores ya hablamos sobre Pedro González de Mendoza como personaje fundamental de la todopoderosa familia Mendoza en Guadalajara. También sobre su extrema generosidad en la retirada de la batalla de Aljubarrota cediendo su caballo al rey Juan I para que pudiera escapar y salvar la vida a costa de perder la suya (1).
«Non quiera Dios que las mujeres de Guadalaxara digan que aquí quedan sus fijos e maridos muertos e yo torno allá vivo»
Sólo por este hecho que le sitúa en el olimpo de los héroes castellanos, ya merecería una mención en nuestro callejero municipal, pero es que además de ser una figura destacada de la historia de Castilla y de España en la baja edad media, tuvo mucho que ver con nuestro pueblo e incluso llegó a formar parte de nuestro vecindario.
La coincidencia de que tuviese un hijo con el mismo nombre del Marqués de Santillana, Íñigo Lopez de Mendoza, y el otro fuese padre del marqués, Diego Hurtado de Mendoza, a la vez que tuvo un nieto homónimo de este, ha dado lugar a muchos malentendidos en la historiografía existente hasta la fecha. Algunos de ellos ya se han explicado en anteriores publicaciones y junto a algunos otros los intentaremos aclarar en este trabajo. Alguno más lo intentaremos en un futuro cercano.
De momento, hemos creado un árbol genealógico resumido (Fig.1), en el que se ha hecho una selección de personajes que sirva para distinguir las confusiones entre parientes que tienen que ver con este asunto. Todos ellos tienen un número distinto que utilizaremos para identificarles de aquí en adelante.
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Figura 1. |
Centrándonos en la casa y propiedades que, según varias fuentes, Pedro González [12] tenía en Daganzo, vamos a intentar aproximarnos algo más a lo que se conoce sobre este tema.
El origen de la propiedad es incierto. Por un lado, Pedro González [12] estaba directamente emparentado con los Orozco (Fig. 2). Su madre, Juana de Orozco [5], era hermana del "tío Eñego" [4], señor de Daganzo y compañero de fatigas de Pedro [12]. No es de extrañar que aunque a Íñigo López de Orozco [4] le otorgasen el señorío, a Juana [5] le correspondiese alguna propiedad que posteriormente heredase Pedro [12].
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Figura 2. |
Por otro lado, en 1334, el matrimonio formado por Ferrán Rodríguez y Elvira Martínez, camareros respectivamente del rey Alfonso XI y la reina María de Portugal, establecen un mayorazgo en su hijo Pedro Fernández Pecha consistente en varias propiedades de Guadalajara: «Otrossi le damos mas las quatro yuntas de heredat con sus casas e con sus vinnas que nos compramos de Ruy Sanches de la camara del Rey e su escrivano, que son en Daganço con sus bueyes poblados asi commo estan».
Dicho mayorazgo fue confirmado y convertido en privilegio por Alfonso XI en octubre del mismo año.
Pedro Fernández perdió a su mujer y sus cuatro hijos y se retiró a la vida religiosa fundando la Orden de San Jerónimo. Dejó el mayorazgo de Daganzo a su hermana mayor María Fernández Pecha, que fue la primera mujer de Pedro González de Mendoza [12]. María dejó sus bienes a Pedro González [12], su marido, «para en su vida y después (...) lo haya y lo hereden mis herederos». Pedro [12] podría disfrutarlos en usufructo y después debería devolverlos a los herederos designados por María. Al morir Pedro [12], fue su segunda esposa, Aldonza de Ayala [13], la que fue encargada como albacea teniendo que ocuparse de la devolución. Fue denunciada en varias ocasiones, sobre todo por los monjes de Lupiana, por las malas condiciones en las que estaban algunos bienes de la herencia y la tardanza en devolverlos, pero no hay constancia de que se quedase nada sin retornar (2).
¿Son los bienes de Daganzo los mismos que recibió en mayorazgo en 1380 Íñigo López de Mendoza [15], hijo de Pedro González [12] y Aldonza de Ayala [13]?
Independientemente del origen, parece ser que la casa se utilizaba por la familia, aunque fuese en cortos periodos de tiempo. Es significativo que el mayorazgo que fundaron Pedro González de Mendoza [12] y Aldonza de Ayala [13] en su hijo Íñigo López de Mendoza [15] sobre la casa y propiedades en Daganzo se firmara en Daganzo. También se firmó en Daganzo la carta que Íñigo [15] dirige al Concejo de El Pobo para notificarles que había sido vendido el lugar.
En 1431, Juan II otorga un privilegio al primogénito de Íñigo López de Mendoza [15], Diego Hurtado de Mendoza [20], posteriormente Conde de Priego I, que contiene escritura fundacional de mayorazgo y merced de mejora sobre tierras y vasallos de Guadalajara que incluye «las tierras y la casa de Daganzo».
En 1480 los Reyes Católicos confirman este mismo privilegio al primogénito de Diego Hurtado [20], Pedro Carrillo [23], conde de Priego II.
Diego Carrillo de Mendoza [25], hijo mayor de Pedro Carrillo de Mendoza [23], alegó en el Consejo Real que Pedro González de Mendoza [12] y doña Aldonza de Ayala [13] que eran sus tatarabuelos, su bisabuelo Íñigo López de Mendoza [15], su abuelo Diego Hurtado de Mendoza [20] y su padre Pedro Carrillo [23], establecieron y ordenaron mayorazgo de estos bienes en Daganzo para que quedase para siempre jamás en las personas de su linaje.
El 22 mayo de 1480 los reyes Fernando e Isabel emplazaron a don Pedro de Valverde, vecino de Santorcaz, a restituir a don Diego Carrillo de Mendoza [26] la casa y las tierras de Daganzo, «en guisa que le non menguen, so pena de la nuestra merçed e de dies mill mrs. para la nuestra cámara».
Unos años más tarde, en 1486, Diego Carrillo de Mendoza [26], conde de Priego III, defendía frente a Íñigo López de Tovar, esposo de su tía-abuela Maria de Mendoza [21], que le correspondían unas casas en Daganzo correspondientes al mayorazgo de su abuelo Diego Hurtado [20]. Los reyes pidieron a Íñigo López de Mendoza [24] y a Aldonza de Mendoza [25], hermanos de Pedro Carrillo [23], padre de Diego [26], aclarar esta cuestión. Íñigo López de Tovar alegaba que Diego Hurtado de Mendoza [20] vendió a su mujer María de Mendoza [21] «la heredad e casas, e tierras, e viñas e olivares que son en el lugar de Daganzo» » en pago de 8.000 florines de oro para su dote y casamiento. Íñigo López de Mendoza [24] tuvo que dejar la heredad libre y desembargada a Íñigo López de Tovar y pagar todas las costas.
Seguiremos investigando.
Bibliografía.
1380 Escritura de fundación de mayorazgo que otorgaron Pedro González de Mendoza, mayordomo del Rey Juan I, y Aldonza de Ayala su mujer, a favor de su hijo Íñigo López de Mendoza, en la que se vinculan varias propiedades en Daganzo y pechos sobre los judíos y morisco de Guadalajara, junto a otros derechos y bienes que poseían en esta misma ciudad.
1380 Privilegio de Juan I de Castilla, y su mujer Leonor de Aragón, por el que confirman y aprueban la escritura de fundación de mayorazgo que otorgaron Pedro González de Mendoza, mayordomo del Rey Juan I, y Aldonza de Ayala su mujer, a favor de su hijo Íñigo López de Mendoza, en la que se vinculan varias propiedades en Daganzo y pechos sobre los judíos y morisco de Guadalajara, junto a otros derechos y bienes que poseían en esta misma ciudad. PRIEGO,C.13,D.2-4 Fecha creación:1380-01-13
1413 Carta de Íñigo López de Mendoza, al Concejo de El Pobo, lugar de Molina de Aragón, notificándoles que han vendido ese lugar y señorío a Juan Ruiz de los Guadales, bachiller y vecino de Molina de Aragón. PRIEGO,C.3,D.77 Fecha creación:1413-06-08
1480 Privilegio de los Reyes Católicos confirmando a Pedro Carrillo, conde de Priego, hijo mayor y legítimo de Diego Hurtado de Mendoza, un privilegio dado a este último por Juan II en 1431 que contiene escritura fundacional de mayorazgo y merced de mejora sobre tierras y vasallos de Guadalajara - Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, PERGAMINOS,CAJA,6,2
1480 Requerimiento con emplazamiento a petición de D. Diego Carrillo de Mendoza [26], primogénito de D. Pedro Carrillo de Mendoza, contra Pedro de Valverde, vecino de Santorcaz, sobre el lugar y jurisdicción de Daganzo, que debiendo ser suyo como perteneciente al mayorazgo creado por Pedro González de Mendoza y D.ª Aldonza de Ayala, sus tatarabuelos, fue indebidamente enajenado por su abuelo D. Diego Hurtado de Mendoza, conde de Priego.-Consejo.
1486 Ejecutoria del pleito litigado por Íñigo López de Tovar con Diego Carrillo de Mendoza [26], Conde de Priego, sobre bienes de mayorazgo.
Mariano Fernández
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