LA RONDA DE LOS QUINTOS por Mariano Fernández

La noche de los "quintos" era la víspera del día que se tallaban en el ayuntamiento los mozos del pueblo que iban a realizar el servicio militar en el siguiente reemplazo. 

Los quintos, acompañados de amigos y familiares, preparaban unas garrafas de sangría y con ellas en una carretilla, acompañados de guitarras, bandurrias, alguna botella de anís y un triángulo se hacía una ronda, parando a cantar principalmente en las casas dónde vivía alguna moza.

Llevaban instrumentos los que sabían tocarlos, la botella de anís y el triángulo los usaba todo el mundo. Cantar, cantaban todos con más o menos acierto contentos con la sangría y, en las casas donde vivía una novia, una hermana, una prima o una pretendida, llevaba la voz cantante el interesado.

Normalmente, si no era muy vergonzosa, salía al balcón o a la ventana la moza visitada y los padres  en la puerta daban un donativo a los quintos agradeciendo la visita y a cambio de un achuchón al botillo de la sangría.

Con el dinerillo recaudado, al día siguiente, después del reconocimiento médico en el ayuntamiento, tallaje y pesaje incluido, se hacía una comida para celebrarlo en algún establecimiento hostelero del pueblo. Era de educación, como cualquier pueblo que se precie, invitar al señor cura, al alcalde, al médico y al practicante.

He recopilado unas cuantas letras de jotas y seguidillas como muestra, sin incluir las satíricas y escatológicas. Algunas de ellas se pueden encontrar en otros pueblos de Castilla y otras, son endémicas de nuestra comarca. 

Jotas


























Seguidillas









Mariano Fernández.





Agradecimientos a Amparo Castro y Enrique Bravo por su colaboración.

Imágenes realizadas con Inteligencia Artificial


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