¿SE ACERCA EL COMETA DEL SIGLO? por Mariano Fernández

C messier. Junio de 2024. CC BY-SA 4.0


«Una reserva de billones y billones de cometas potenciales forma una colosal nube esférica que parece ocupar todo el espacio que separa al Sol del reino de otras estrellas. Esta reserva se llama la nube de Oort. Su tamaño es abrumador. Delimita las fronteras del reino de nuestra estrella, que contiene a todos los miembros de nuestra familia cósmica, una familia llamada sistema solar.» (1)

En efecto, si consiguiéramos llegar con un cohete a la Nube de Oort, estaríamos llegando a los confines de nuestro sistema solar y, si pudiéramos sobrepasarla, nos hallaríamos en el área de influencia de otra estrella distinta del Sol.



De un lugar tan increiblemente lejano se cree que procede nuestro cometa.

La siguiente animación puede ayudarnos a intentar comprender la inmensidad de la escala de la Nube de Oort respecto al resto del sistema solar y la distancia a la que se encuentra. Gráficamente nos muestra en el centro al Sol rodeado por las órbitas amarillas de los cuatro planetas rocosos del sistema solar interior (Mercurio, Venus, Tierra y Marte). Las órbitas verdes se corresponden con los cuatro planetas gaseosos exteriores ( Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno), más Plutón. Entre ambos grupos aparece el Cinturón de Asteroides. El segundo cinturón del sistema solar es el Cinturón de Kuiper, ya en el exterior de la órbita de Neptuno. En rojo se muestra la gigantesca órbita de un planeta menor descubierto en 2004 llamado Sedna y, por último, justo antes de acabar la animación, se muestra fugazmente la Nube de Oort en el contorno de la imagen.


NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC-Caltech) - http://www.spitzer.caltech.edu/video-audio/681-ssc2004-05v1-Orbit-of-Sedna


Allí es donde se cree que moran los núcleos de los cometas de período más largo, algunos del tamaño de una ciudad, oscuros, inertes, helados, esperando a que algo perturbe su sórdida y lastimera órbita para caer, lentamente al principio, vertiginosamente después, hacia los alrededores del Sol. 

Si sobrevive al encuentro, lo más probable es que vuelva una y otra vez hasta terminar su vida en su último paso por las proximidades del infierno solar.

Los cometas de período corto, menor a 200 años, se cree que proceden del Cinturón de Kuiper y no abandonan nunca la zona planetaria del Sistema Solar.

Las órbitas cometarias normalmente son elípticas y extremadamente excéntricas. El punto de mayor acercamiento al Sol de denomina perihelio y el más lejano, afelio. Algunos, los de período más largo, procedentes de la Nube de Oort, pueden tener órbitas parábolicas o hiperbólicas, pasando solamente una vez por las inmediaciones del Sol (2).



Órbita del cometa Halley (5). nagualdesign Creative Commons Atribución 4.0 Internacional



Los cometas son parte de los escombros sobrantes de la construcción  del sistema solar. Son como gigantescas bolas de nieve sucia y están compuestos por una mezcla congelada de rocas, polvo, agua y otros materiales que se subliman al acercarse al Sol. Aún a gran distancia, a una decena de unidades astronómicas (3), comienza a formarse una cola de gas y polvo opuesta al denominado viento solar (4). A veces se aprecian dos colas, una iónica de aspecto más azulado que siempre apunta hacia lo lejos del Sol, y otra de polvo que va dejando atrás el núcleo del cometa. Esta última es la más prominente pudiendo alcanzar millones de kilómetros.

No tienen luz propia y su brillo depende de la cercanía al Sol, aunque las moléculas de gas de la cola se rompen y se excitan produciendo un fulgor característico. Los cometas más brillantes pueden alcanzar magnitudes de brillo similares o superiores a la de la luna llena.

El cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS)

El cometa que nos trajo aquí, protagonista del título tan sensacionalista del artículo, es el denominado C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS). Será observable durante finales de septiembre y primeros de octubre y el sensacionalismo es debido a las grandes expectativas que los astrónomos profesionales y aficionados han puesto sobre él.

Fue descubierto durante la primera quincena de enero de 2023 por el Observatorio Astronómico de Zijinshan, en China. Posteriormente se volvió a localizar  a finales de febrero, por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), en Sudáfrica.


El cometa C/2023 A3. Pepe Chambó. Agosto de 2024. Cometografia.es




Una particularidad de este cometa procedente de la nube de Oort es que no es un cometa periódico. Se cree que su órbita no es elíptica y que solamente va a hacer una sola pasada por las proximidades del Sol, perdiéndose posteriormente en el espacio. Eso, si antes no se produce la cada vez más creciente posibilidad, a medida que el cometa se acerca al perihelio, de que el cometa colapse incluso antes de que sea visible desde la tierra echando con ello por tierra nuestras esperanzas.

Actualmente viaja a una velocidad de 300.000 km/h. Se estima un tamaño de unos 10 kilómetros de diámetro y pasará a tan solo media unidad astronómica de la Tierra. Su considerable tamaño y su proximidad a nuestro planeta son los culpables de la gran expectación creada en torno al mismo.

Está previsto que el cometa alcance su perihelio alrededor del 28 de septiembre de 2024, y su punto más cercano a la Tierra el 12 de octubre. Entre ambas fechas se cree que será visible a simple vista o con pequeños prismáticos, mejor desde lugares elevados orientados al este, hacia la constelación de Leo. El punto máximo de luminosidad se estima sobre el 7 de octubre.

En los próximos días pondré unas imágenes para facilitar la localización exacta del cometa desde Daganzo. Crucemos los dedos para que aún sobreviva.

Mariano Fernández


(1) El universo en tu mano: Un viaje extraordinario a los límites del tiempo y el espacio. Galfard, Christophe.  Blackie Books. Septiembre de 2016. 
(2) Es el caso del cometa protagonista de este artículo C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS).
(3) Unidad astronómica: distancia media de la Tierra al Sol.
(4) Viento solar: corriente de partículas ionizadas procedentes de la corona solar.
(5) El cometa Halley tiene un período corto de 76 años. La última vez que se acercó al Sol fue en 1986.
- El cometa. Carl Sagan y Ann Druyan. Planeta. 1986.

Comentarios