FELIPE III VENDE LAS ALCABALAS DE DAGANZO DE ABAJO A JUAN VACA por Mariano Fernández

Para ser prácticos diremos que las alcabalas eran el IVA de siglos anteriores.

Era el impuesto que se cobraba sobre el valor de cualquier cosa, mueble, inmueble o animales, que se vendía o permutaba. Habitualmente el pago correspondía al vendedor y había de hacerse efectivo en el lugar al que pertenecían los bienes. Suponía la principal fuente de ingresos fiscal de la hacienda real.

Normalmente pertenecían a la Corona aunque, como en el caso que nos ocupa, muchas de ellas se transfirieron a manos señoriales, a cambio de una cantidad de dinero, por necesidades de las arcas reales. En el reinado de Felipe IV la Corona intentó recuperar de nuevo la mayor parte de ellas.

Inicialmente las alcabalas suponían un 5% del valor de la mercancía. pasando a un 10% en tiempos de los Reyes Católicos y a un 14 % en el siglo XVII con las guerras de los Austrias. Todos estaban obligados al pago de este impuesto hasta que con el tiempo se fue eximiendo de ello a la casa real, los señores feudales y el estamento eclesiástico.

Las alcabalas se cobraban habitualmente  por arrendamiento o por encabezamiento.

  • El arrendamiento consistía en arrendar su cobro a particulares a cambio de una cantidad adelantada a la Corona. El arrendador después se encargaba de su cobro y de sacar un beneficio.
  • El encabezamiento consistía generalmente en el acuerdo entre la hacienda real y la ciudad o villa que hacía de cabeza de una zona, a la que representaba en Cortes, en la cantidad anual a pagar durante una serie de años.  Esa cantidad se establecía en relación al censo de vecinos de las ciudades, villas y lugares representados por ella. La recaudación se realizaba por los concejos de estos repartiendo los gastos entre todos por igual.


La oficina del recaudador de impuestos. Pieter Brueghel el Joven.1615-1617


A continuación mostramos la transcripción de un fragmento del documento de venta de las alcabalas de Daganzo de Abajo por Felipe III a Juan Vaca de Herrera, señor de la villa:

«Don Phillippe ettª, contadores de mi contaduría mayor de hacienda, bien sabéis que para ayuda a los grandes gastos que se recrecieron al emperador y rey mi señor, que santa gloria hayan, para defensa de estos reinos contra los turcos, moros y otros infieles enemigos de nuestra fe católica y en la defensa y socorro de las fronteras y otros potentados, se han gastado la mayor parte de mis rentas reales y los socorros, ayudas y servicios ordinarios y extraordinarios que estos mis reinos y todos los otros mis estados en todas partes han hecho y lo que ha venido de las Indias y lo que sea habido de los subsidios y bulas de cruzada que nuestros muy santos padres concedieron a los dichos emperador y rey mi señor padre y abuelo y las otras cosas extraordinarias y teniendo ahora que disponer de mucha suma de dinero para la sustentación de estos reinos y fortificación y defensa de las fronteras de ellos y los demás mis estados y no habiendo hallado manera alguna menos dañosa, he acordado y con menos interés y daño para poder proveer y remediar lo susodicho, he determinado con acuerdo de los de mi consejo de hacienda, de vender en empeño algunas rentas alcabalas y tercias a mi pertenecientes y a mis reinos, por las cuales he acordado de vender a Juan Vaca de Herrera, vecino y regidor de la ciudad de Toledo en el estado y banco de los caballeros, cuya que es la villa de Daganzo de Abajo, que antes se solía llamar Daganzuelo, las alcabalas de la dicha villa de Daganzo de Abajo que entra y se comprende en la tierra y común de la villa de Alcalá de Henares en el entero precio que la dicha villa ha estado encabezada y la dicha tierra y común de la dicha villa de Alcalá, en cuyo encabezamiento ha entrado, le repartí de las dichas sus alcabalas el año pasado de quinientos y noventa y siete, con lo que entró y se comprendió en sus encabezamientos a razón de treinta mil maravedís el millar,  descontando de ellos los juros al quitar que hay situados por menor en las dichas alcabalas y los demás que adelante serán declarados a los precios y como de yuso se dirá...»

Mariano Fernández

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