EL SEÑORÍO DE DAGANZO ( VI ). FIN DEL SEÑORÍO Y DEL ESTADO DE CORUÑA , por Mariano Fernández.

El final del señorío de Daganzo y del estado de Coruña es un poco difuso y embarullado.

Desde el fallecimiento del XVII conde es incierta la sucesión ya que la mayoría de los listados de los condes de Coruña acaban con él. Si bien es cierto que su esposa continúa con el estado hasta su muerte a pesar de padecer demencia.

El estado de Coruña estuvo bailando por varias personas que se le fueron adjudicando alegremente durante varios años, hasta el pleito de tenuta  entre varias familias que finalizó en 1859 con sentencia sobre la prescripción del título.




En 1859 se celebró un pleito de la duquesa de Fernán-Nuñez, María del Pilar Loreto Osorio Gutiérrez de los Ríos, contra los herederos del Marqués de Bélgida, Íñigo, María Dolores y María del Carmen Bohorques y Bohorques por un lado;  la condesa viuda de Montijo, la emperatriz de Francia María Eugenia de Guzmán y la condesa actual de Montijo María Francisca de Sales Portocarrero por otro; el duque de Abrantes Angel María Carvajal en otro; y por último el conde de Cifuentes; sobre la tenuta y posesión del condado de Coruña y agregados.

La sentencia considera que los mayorazgos de Beleña y Rello corresponden a los herederos del conde de Montijo, el mayorazgo de Bazán a los herederos del marqués de Bélgida y « en cuanto al juicio de propiedad, transmision de los títulos de Conde de Coruña y Vizconde de Torija con sus honores y preminencias, y ejercicio de las demás acciones que puedan corresponder a las partes conforme a las prescripciones de la ya citada Ley de 11 de Octubre de 1820, cesen de su derecho ante quién y como corresponda con arreglo a la Ley de enjuiciamiento civil ». 



Sabemos por distintos documentos que al fallecer el XVII conde de Coruña, su esposa María del Pilar González de Castejón y Silva, continúa como condesa de Coruña hasta su muerte el 7 de septiembre de 1806.

El mismo día Ana María Castejón, condesa viuda de Fuerteventura pidió la posesión, que le fue otorgada el día 9, de los estados y mayorazgos de su sobrina/cuñada María Pilar, entre ellos el de Coruña.



Sin embargo, en el archivo municipal de Daganzo, hay un documento de 26 de septiembre de 1806 ratificando el traslado de la posesión real del mayorazgo y estado de Coruña a Ángel María Carvajal (n. 1793/f. 1839), duque de Abrantes (VIII) y Linares, vacante por fallecimiento de la marquesa de Belamazán. En el documento el duque está representado por el curador ad litem (tutor judicial) al tener aquel solamente 13 años.

El 19 de septiembre de 1812 falleció Ana María Castejón y ese mismo día fue pedida y otorgada la posesión de los mayorazgos a su sobrina  María Luisa de Silva y Castejón, condesa de Cifuentes.

El 26 de agosto de 1837 se hizo efectiva la abolición de los señoríos aprobada en las Cortes de Cádiz de 1812, extinguiéndose por tanto el señorío de Daganzo. No así el estado de Coruña.

En mi archivo personal existe un documento de Antonio Ciriaco Belvis de Moncada, IV marqués de Bélgida, aprobando las cuentas del “estado de Coruña” de 1840 presentadas por su administrador, Pedro Ahijòn.





En 1848 no se renovó el correspondiente Real Despacho de concesión y confirmación del título de Conde de Coruña con lo que también quedó caducado hasta su renovación en 1968, ya ajeno a Daganzo, por el X marqués de Bélgida.

Para acrecentar el embrollo existe un recibo de 1873 acreditando el pago de la contribución de la Dehesa de Almazanejo a favor de la Condesa de Montijo, María Francisca de Sales Portocarrero, que había fallecido en 1860 siendo duquesa de Alba por su matrimonio con el XV duque Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia. Por aquella fecha la condesa de Montijo y duquesa de Alba era propietaria de unas 400 Has, un 8% de la superficie el término, que tenía arrendadas a los vecinos del municipio.





Como se ve, todas las casas nobiliarias que se vieron implicadas en el pleito de 1859, de una u otra forma , legítimamente o no, acabaron ostentando los títulos y/o las propiedades de nuestro  apreciado Daganzo.

Este asunto nos encargaremos de investigarlo en futuras publicaciones.

Mariano Fernández

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