REQUIESTCAT IN PACE por Mariano Fernández

 <<Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro Señor que de la nada la crio, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, el cuál hecho cadáver,  mando se amortaje con hábito de Nuestra Señora de las Mercedes y sepulte en la iglesia parroquial de esta villa, en la sepultura que lo está mi hija Dª Micaela Fernández Gasco, pudiendo ser y si no en cualquier parte de esta iglesia.>>

Este es uno de los primeros párrafos del testamento de Josefa Juana Aguado, viuda de Pedro Fernández Gasco, anfitrión del aeronauta Lunardi cuando lo del famoso globo y madre del también manido personaje Francisco Fernández Gasco, diputado y ministro liberal.

Es uno de los últimos testimonios de enterramiento en nuestra iglesia parroquial, pues Josefa murió el 20 de noviembre de 1825 y el cementerio se construyó en 1834.

Los enterramientos no se realizaban todos en el interior de la iglesia, puesto que no había suficiente espacio, sino que la gran mayoría lo hacían alrededor de ella. Existen sepulturas al pie de la fachada, pero se utilizaba principalmente la parte de atrás, a donde se accedía desde la iglesia por la puerta hoy tapiada de la nave del evangelio, cuyo dintel es obra inequívoca del maestro Casimiro Conejo.


Puerta tapiada de la nave del evangelio a la actual calle Huesario


Hoy en día se conoce como la calle Huesario, pero entonces no se llamaba así, sino la calle del Viento. No es un error. El nombre de Huesario no apareció hasta principios del siglo XX en el que se eligió ese nombre por la gran cantidad de huesos que aparecían en cualquiera de las obras que se realizaron allí en esa época. El nombre de calle del Viento se trasladó a su ubicación actual en la portada de la iglesia.


Plano de 1870 donde se aprecia la antigua situación de la calle del Viento


Descripción de una casa que hace esquina con la C/Algete y C/ del Viento en 1888.


El último entierro en la iglesia parroquial se produjo el 26 de junio de 1834. Se trataba de Maximina, hija de León Martínez y María Fernández. Curiosamente, el mismo día se realizó también la primera inhumación en el nuevo camposanto. El dudoso honor lo tuvo Domingo Varela, procedente de algún lugar llamado Santa María de ?,  que falleció en accidente el día anterior.

Una de las lápidas más antiguas que se conservan hoy en el cementerio municipal es la de Felipa Adán fallecida en 1863. En la misma sepultura, según el epitafio, yace su hija Eugenia López Adán, fallecida en 1884. El primer apellido de la hija no concuerda con el marido que figura en mis datos, posiblemente procediera de otro matrimonio.


Sepultura de Felipa Adán


Algunos de los panteones familiares más vistosos se realizaron a finales del siglo XIX y principios del XX, pertenecientes a familias de profundo arraigo en nuestro pueblo. 








Como es sabido, el cambio de los enterramientos de las iglesias a los cementerios se produjo por orden de Carlos III en 1787, aunque en la mayoría de lugares su entrada en vigor se retrasó hasta principios y mediados del siglo XIX.


Documento de compra de una sepultura en 1910



Me permito la licencia de auto plagiar una entrada escrita en el blog Dagencium en el que se explica esta transición.

<<1787. Carlos III prohíbe los enterramientos en las iglesias.

Desde mi más "tierna infancia", los críos del pueblo, y no tan críos, siempre que nos enterábamos que había obras en la iglesia o en sus calles aledañas, nos acercábamos a ver los huesos que salían en las excavaciones. Sobre todo en la calle del Huesario, de ahí su nombre, que ha permanecido sin asfaltar hasta hace bien poco. También había restos en el interior de la iglesia, como pudimos comprobar cuando se procedió a sustituir el antiguo suelo de madera por uno de baldosas de terrazo, allá por el año 1971 aproximadamente.


Restos humanos encontrados durante la rehabilitación del solado de la entrada de la iglesia en 2005.


Restos humanos encontrados durante la rehabilitación del solado de la entrada de la iglesia en 2005.

Efectivamente, La costumbre hasta el siglo XIX era enterrar los cadáveres en el interior y/o en los alrededores de las iglesias.

 A raíz de una epidemia en Pasajes San Juan (Guipúzcoa) en 1781 y que achacaron al "hedor intolerable que se sentía en la Iglesia Parroquial de la multitud de cadáveres enterrados en ella", Carlos III dictó en 1784 la real orden para que a partir de entonces los cadáveres no fueran inhumados en las iglesias, como era costumbre hasta entonces. Esta medida fue ratificada en 1787 por medio de una real cédula en la que se restringía el derecho de inhumación a los prelados, patronos y personas del estamento religioso que permitía la legislación eclesial. Mediante la misma, se disponía la habilitación de cementerios en el exterior de las poblaciones, en sitios bien ventilados,  alejados de las casas y aprovechando, en la medida de lo posible, las ermitas como capillas de los mismos.

La medida no fue aplicada efectivamente hasta bien entrado el siglo XIX debido a las dificultades, sobre todo económicas, para la habilitación de los cementerios y a la reticencia de las familias a enterrarlos en estos, fuera del ámbito de los templos.

Según la encargada del Archivo Municipal de Daganzo, Victoria Rosado, hay en este un documento en el que consta la solicitud: " PARA QUE EL CURA PÁRROCO Y MAYORDOMO DE ESTA IGLESIA PRESENTE LAS CUENTAS DE FÁBRICA PARA CON SU RESULTADO SE REINTEGRE LO GASTADO EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CEMENTERIO / DAGANZO / 1834"

En el diccionario de Pascual Madoz, de 1845-1850 ya aparece el cementerio de Daganzo: "El cementerio se halla á la falda de un cerro pequeño, en el que hay una capilla muy reducida, destituida de todo adorno en estado de ruina."... "...se encuentran en él tres ermitas, la de la Virgen del Espino, dist. 1/4 leg. por el lado E., la Grande que sirve para depositar los pasos de Semana Santa, á unos 600 pasos del pueblo, entre E. y S., y la que fué de la Soledad que sirve de capilla al Campo Santo"

En el mapa de 1860 se puede apreciar la situación de la Ermita de la Soledad y la parcela que le fue asignada para el camposanto.


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Ermita de la Soledad, actual capilla del cementerio.

Mariano Fernández.

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