El término municipal de Daganzo es atravesado de Norte a Sur por una de las nueve vías principales que cruzaban España con motivo de la trashumancia, las Cañadas Reales.
La trashumancia es un movimiento migratorio del
ganado en busca de los pastos frescos del norte durante el verano y del clima
suave del sur durante el invierno. Para estos movimientos de ganado, se fueron
estableciendo con el tiempo, de forma natural, unos recorridos a modo de
arterias que canalizaban este flujo en ambos sentidos.
La cañada que nos toca, la cañada Real Galiana,
Riojana o de Las Merinas, nace al Sur de la Rioja y recorre las provincias de
Soria, Guadalajara, Madrid, Toledo y Ciudad Real.
En la Comunidad de Madrid, entra por el noreste
dividida en dos ramales que se abrieron en la provincia de Guadalajara y que
vuelven a juntarse en el término de Ajalvir, al pie de Daganzuelo y de la Base
de Torrejón.
Estos ramales se denominan 1 y 2 respectivamente.
El 1 es el nuestro y el 2 pasa cerca, cortando la
carretera de Alcalá justo antes del Polígono Camporrosso.
La longitud total de esta cañada es de
aproximadamente 400 km, de los cuales unos 93 corresponden a la Comunidad de
Madrid: 21,82 al ramal 1 (Ribatejada- Ajalvir), 15,94 al ramal 2 (Meco-Ajalvir)
y 55,38 al tramo Ajalvir-provincia de Toledo.
Origen de las Cañadas
Aunque se cree que la trashumancia se inició en el
neolítico, la primera constancia documental de grandes desplazamientos de
ganado no se tiene hasta el Fuero Juzgo Visigodo. Aun así, estos movimientos
iniciales fueron mucho más reducidos que los de siglos venideros debido a la
falta de unidad territorial de la península.
La gran expansión de la ganadería, y con ella de
la trashumancia, vino en tiempos de la Reconquista. Fue en 1273 con la fundación
del Honrado Concejo de la Mesta por Alfonso X el Sabio y por el apoyo a esta
organización por parte de los sucesivos monarcas, cuando la cría y el comercio
de ganado se potenciaron y se regularizaron hasta convertirse en la principal
fuente de riqueza de la nación.
Ya desde su inicio con Alfonso X se estableció una
normalización de las medidas de estas vías según su estructura jerárquica:
- Cañadas Reales: 90 varas castellanas (75,22
metros)
- Cordeles: 45 varas ( 37,61 metros)
- Veredas: 25 varas (20,89 metros)
- Coladas: de inferior anchura.
Disponiendo además de otros elementos accesorios
de apoyo como, descansaderos, abrevaderos, majadas, etc.
Un patrimonio común a conservar
Daganzo es uno de los pocos términos municipales,
que conserva su cañada (o cordel, en este caso), en toda su longitud, desde que
entra por Fresno de Torote hasta que sale por Ajalvir.
Nos encontramos por tanto, con un legado histórico
sin parangón en Europa, que además de ser un importante corredor ecológico
esencial para el movimiento y el enriquecimiento genético de las especies, para
nosotros es una vía abierta al disfrute de la naturaleza en actividades
sostenibles y respetuosas con el entorno como la fotografía, el ciclismo, el
senderismo, la equitación, etc.
Mariano Fernández.
Comentarios
Publicar un comentario