LA CAÑADA REAL GALIANA. Por Mariano Fernández

El término municipal de Daganzo es atravesado de Norte a Sur por una de las nueve vías principales que cruzaban España con motivo de la trashumancia, las Cañadas Reales.




La trashumancia es un movimiento migratorio del ganado en busca de los pastos frescos del norte durante el verano y del clima suave del sur durante el invierno. Para estos movimientos de ganado, se fueron estableciendo con el tiempo, de forma natural, unos recorridos a modo de arterias que canalizaban este flujo en ambos sentidos.

La cañada que nos toca, la cañada Real Galiana, Riojana o de Las Merinas, nace al Sur de la Rioja y recorre las provincias de Soria, Guadalajara, Madrid, Toledo y Ciudad Real.

En la Comunidad de Madrid, entra por el noreste dividida en dos ramales que se abrieron en la provincia de Guadalajara y que vuelven a juntarse en el término de Ajalvir, al pie de Daganzuelo y de la Base de Torrejón.

Estos ramales se denominan 1 y 2 respectivamente. El 1 es el nuestro y el 2 pasa cerca, cortando la carretera de Alcalá justo antes del Polígono Camporrosso.

La longitud total de esta cañada es de aproximadamente 400 km, de los cuales unos 93 corresponden a la Comunidad de Madrid: 21,82 al ramal 1 (Ribatejada- Ajalvir), 15,94 al ramal 2 (Meco-Ajalvir) y 55,38 al tramo Ajalvir-provincia de Toledo.

Origen de las Cañadas

Aunque se cree que la trashumancia se inició en el neolítico, la primera constancia documental de grandes desplazamientos de ganado no se tiene hasta el Fuero Juzgo Visigodo. Aun así, estos movimientos iniciales fueron mucho más reducidos que los de siglos venideros debido a la falta de unidad territorial de la península.

La gran expansión de la ganadería, y con ella de la trashumancia, vino en tiempos de la Reconquista. Fue en 1273 con la fundación del Honrado Concejo de la Mesta por Alfonso X el Sabio y por el apoyo a esta organización por parte de los sucesivos monarcas, cuando la cría y el comercio de ganado se potenciaron y se regularizaron hasta convertirse en la principal fuente de riqueza de la nación.

Ya desde su inicio con Alfonso X se estableció una normalización de las medidas de estas vías según su estructura jerárquica:

- Cañadas Reales: 90 varas castellanas (75,22 metros)
- Cordeles: 45 varas ( 37,61 metros)
- Veredas: 25 varas (20,89 metros)
- Coladas: de inferior anchura.

Disponiendo además de otros elementos accesorios de apoyo como, descansaderos, abrevaderos, majadas, etc.

Un patrimonio común a conservar

Daganzo es uno de los pocos términos municipales, que conserva su cañada (o cordel, en este caso), en toda su longitud, desde que entra por Fresno de Torote hasta que sale por Ajalvir.

Nos encontramos por tanto, con un legado histórico sin parangón en Europa, que además de ser un importante corredor ecológico esencial para el movimiento y el enriquecimiento genético de las especies, para nosotros es una vía abierta al disfrute de la naturaleza en actividades sostenibles y respetuosas con el entorno como la fotografía, el ciclismo, el senderismo, la equitación, etc.

Mariano Fernández.

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